Introducción
El entrenamiento de armas es una parte indispensable de cualquier estilo de Kungfu tradicional. Este entrenamiento no solo incluye movimientos o secuencias estéticas, por mucho espíritu marcial que éstas tengan, sino que también ha de contener los conocimientos necesarios para aplicar las técnicas de cada arma en combate.
Por ello, el estudio de las armas en el kungfu ha de incluir una serie de campos de aprendizaje específicos, como son: las características y anatomía del arma, su mecánica, los objetivos anatómicos a los que se dirigen los ataques, estrategias y posiciones de guardia, las formas o secuencias pertenecientes al estilo, ejercicios o combinaciones individuales y por parejas, y sparring, además de, por supuesto, el corpus técnico del arma en sí mismo.
Advertencia
El estudio de las armas tradicionales de kungfu no tiene nada que ver con la promoción de la violencia. Más bien al contrario, son artes enfocadas al desarrollo personal, la disciplina y el dominio de uno mismo.
Sólo los estudiantes que han demostrado una conducta ética, humilde y pacífica, y una mente sosegada, son instruidos en el uso real de las artes marciales, cuyo objetivo principal es la defensa y la protección personal.
Además, el estudio de las armas tradicionales conlleva un alto nivel de disciplina y concentración. Los estudiantes deben desarrollar un alto nivel de autocontrol tanto físico como mental, así como una mayor consciencia de las consecuencias de la violencia. Un artista marcial bien entrenado es, en realidad, menos peligroso que alguien sin entrenar, porque es perfectamente consciente de las consecuencias de sus actos y tiene el control y la capacidad de regularlos.
En resumen, el estudio de las armas tradicionales de kungfu no tiene nada que ver con la violencia, sino más bien con el desarrollo personal y el cultivo de valores éticos. Al promover la autodefensa, la disciplina y el autocontrol, el kungfu nos enseña a canalizar nuestras energías de manera positiva y constructiva, y a ser personas más equilibradas y conscientes en todos los aspectos de la vida.
Como vemos, el estudio de las armas es un campo amplio y profundo. El aprendizaje de formas de armas, por sí solo, aporta poco al estudio de la lucha con armas, mientras no vaya acompañado de un aprendizaje relevante en el resto de áreas mencionadas.
A continuación vamos a detenernos un poco más en cada uno de estos puntos.
Características del arma
Lo primero que el estudiante ha de conocer es el arma en cuestión. En el conocimiento de esta arma se incluyen características como la longitud, el peso, la anatomía del arma, la localización de su centro de gravedad (o equilibrio de peso) y su centro de percusión.
Estas características condicionarán la mecánica del arma, es decir, la forma en que ésta se maneja. No se utiliza el mismo tipo de técnicas con un arma cuyo centro de gravedad se encuentra más cerca de la punta, que con un arma con un centro de gravedad cercano a la empuñadura. Si se trata de un arma de filo, en el primer caso su uso óptimo estará en el tajo, y en el segundo caso, en la estocada.
Asimismo, es importante conocer el centro de percusión del arma, que es el punto en el que un impacto proporcionará mayor estabilidad al agarre.
Por otra parte, la longitud del arma condicionará las estrategias a utilizar ante otras armas, y las distancias a las que uno se encuentra seguro o en peligro respecto de un oponente armado.
Anatomía del sable de Kungfu.
Además de conocer la estructura del arma, habrá que conocer su longitud,
peso, centro de gravedad, etc.
Mecánica del arma
Como ya se ha dicho, la mecánica del arma viene condicionada por las características de ésta. Obviamente, no es lo mismo un arma contundente que un arma de filo, un arma larga que un arma corta, un arma flexible que un arma rígida, etc. Las características y la mecánica del arma condicionarán a su vez los objetivos anatómicos a los que van dirigidos los ataques, o la forma de detener y bloquear un arma enemiga.
Se ha de prestar atención a cómo se genera la potencia con esa arma y a cómo se alinean las diferentes articulaciones del cuerpo con ella, especialmente las muñecas. En definitiva, se trata de convertir el arma en una extensión del propio cuerpo.
Con un arma de filo, además, habrá de prestarse especial atención a cómo el filo se alinea con el sentido del movimiento, para que el arma penetre de manera efectiva y no quede atascada en el cuerpo del oponente.
Objetivos anatómicos
Los objetivos anatómicos son las partes del cuerpo humano a que idealmente se dirigen los ataques del arma, para que estos sean eficientes.
Estos objetivos pueden variar en función del arma utilizada. Por ejemplo, no es lo mismo un arma roma o contundente como un palo, que un arma de filo. En el primer caso, los ataques se dirigirán normalmente a huesos y articulaciones, con objeto de romperlos, mientras que en el segundo caso pueden dirigirse a seccionar músculos o tendones o a seccionar miembros enteros, incluyendo el hueso, dependiendo todo ello de las características y de la mecánica del arma.
Un arma de filo a dos manos es mucho más eficiente en el corte de hueso que un arma de filo una sola mano. A su vez, un arma especializada en el tajo tendrá más posibilidades de seccionar un miembro que un arma de estocada, como la espada recta china, que carece de potencia de corte y que, por tanto, se verá atascada en el hueso con mayor facilidad. Todas estas condiciones influyen en la elección de los objetivos anatómicos.
Para las armas de filo, estos objetivos generalmente incluyen la muñeca de la mano adelantada, el muslo de la pierna adelantada (generalmente encima de la rodilla), el cuello, el vientre, las ingles o la arteria femoral, y puede incluir también la axila o los tendones de detrás de la rodilla (tendón de la corva).
En cambio, con un arma contundente, como un palo largo, las estructuras anatómicas a que se dirigen los ataques son diferentes, e incluirán, además de la mano adelantada, la rodilla, el esternón, las costillas o el cráneo.
Quizás un caso especial es el abanico, en el que los objetivos anatómicos pueden ser más pequeños, precisos o sutiles, como la garganta, la sien, los ojos, la mandíbula, las ingles, y otros puntos de presión (puntos acupunturales).
Continuando con el ejemplo del sable, el gráfico superior muestra los objetivos anatómicos principales.
Corpus técnico
Por supuesto, el aprendizaje incluye siempre el cuerpo técnico propio de cada arma. Este conocimiento generalmente comprende la parte esencial del entrenamiento. Sin embargo, no se debe pasar por alto ninguno de los otros campos de estudio, ya que la técnica en sí será totalmente inútil si no sabemos a dónde dirigirla, o las estrategias a utilizar para conseguir impactar sobre el oponente.
El aprendizaje de este cuerpo técnico incluye tanto la realización de técnicas sueltas al aire, como la ejecución de combinaciones de manera individual (ya sea al aire o sobre dispositivos de entrenamiento), o el entrenamiento de formas o secuencias de movimientos con esta arma.
Estrategias
Las estrategias a utilizar en el combate con armas dependen no sólo del arma que uno porta, sino también del arma del oponente. Estas estrategias incluyen posiciones de guardia, la forma de posicionarse para proteger el cuerpo o la forma de atacar, de defenderse y de contraatacar. Una parte de este conocimiento es extrapolado del conocimiento de mano vacía propio de un estilo concreto, con algunos matices o particularidades.
Aplicaciones y sparring
Finalmente, en el estudio del arma se deben incluir ejercicios de aplicación por parejas, progresando desde una manera más cerrada o pactada a una aplicación cada vez más libre, para poder terminar con sparring.
Conclusiones
El aprendizaje de armas en el Kungfu es un campo de estudio profundo. Lamentablemente, esto es a menudo pasado por alto, y muchas escuelas o instructores se limitan a enseñar únicamente formas, en la creencia de que éstas son suficiente para adquirir un conocimiento del arma, lo cual es un error muy grave.
No hay nada malo en aprender únicamente formas, si no existe un interés marcial en el practicante, mientras uno sea consciente de las limitaciones que esto supone. Lo que, a nuestros ojos, no es congruente en el estudio del Kungfu, es pretender dominar muchas armas sólo a través de la práctica de formas, cuando no se tiene un conocimiento profundo de las armas más básicas.
En nuestra escuela intentamos llevar al estudiante, de manera progresiva, a través de cada uno de estos campos de estudio, para que adquiera un conocimiento profundo y no superfluo. Este aprendizaje, como cualquier otro ámbito dentro del Kungfu tradicional, requiere años de estudio y un compromiso de constancia y dedicación.
Aunque el camino es sin duda arduo, es a la vez muy gratificante y digno de recorrer, y nos aporta muchos beneficios que van más allá del conocimiento marcial. El Kungfu es una tradición muy valiosa a cuyo mantenimiento nos hemos de dedicar en cuerpo y alma, de forma que el conocimiento legado por los antiguos maestros no se pierda, y las futuras generaciones puedan también beneficiarse de él.