Introducción
Wén 文 y wǔ 武 son, en la filosofía y pensamiento chino, un par de conceptos dicotómicos y complementarios, que hacen referencia a las esferas civil y militar de la cultura y la política, respectivamente.
Significado de wen y wu
A veces se traduce wén como cultura y, en efecto, ésta es una de sus acepciones. Sin embargo, cuando hablamos del par wén-wǔ no nos parece acertado hablar de wén como cultura ya que, desde una perspectiva antropológica, la cultura es un campo mucho más amplio que el referido aquí por wén. De hecho, los aspectos marciales o militares, como el arte de la guerra, los estilos de artes marciales, la producción de armas, los castigos a los criminales, etc., son parte de la cultura y están integrados en ella. Por ello, cuando hablamos a nivel macroscópico o del Estado, wǔ se refiere a lo militar y al uso de la fuerza punitiva (como la aplicación de penas a los criminales) y wén a la esfera civil del gobierno. Y cuando hablamos a nivel microscópico o del individuo, wǔ se refiere a la formación marcial y wén a la literaria/artística, que engloba la filosofía, la literatura, la poesía, la música, etc.
Es importante resaltar que, en la antigua China, lo militar hace referencia a todas aquellas actividades o métodos destinados a detener o castigar injusticias, rebeliones o invasiones. Así, la guerra, en su sentido más amplio, englobaba tanto acciones militares como políticas y diplomáticas, destinadas a prevenir los conflictos. Consecuentemente, wǔ incluye las actividades que hacen uso de la fuerza física, la coerción y el castigo, así como tretas que podrían considerarse inmorales por basarse en el engaño. De esta manera, tanto la ley criminal, como las actividades físicas y deportivas, que estaban destinadas a preparar el cuerpo y la mente para la lucha, pertenecen a wǔ. Incluso los juegos de mesa basados en principios de estrategia militar, como el xiàngqí 象棋, emparentado con el ajedrez, son pertenecientes a esta categoría.
Los principios de wén y wǔ son estereotipos, que desde la antigüedad se han utilizado para clasificar, organizar e interpretar aspectos y estructuras tanto sociales como políticas.
Origen y desarrollo de la dicotomía wen-wu
La dinastía Shāng 商 es la primera dinastía China de la cual se tienen evidencias históricas. Su reinado estuvo marcado por las conquistas militares y la expansión territorial.
A finales de la dinastía, ante el crecimiento de la población y el aumento de las tensiones internas, se llegó a la conclusión de que la guerra, si bien propiciaba la expansión territorial y el enriquecimiento cultural, debía estar acompañada de orden interno y estabilidad social. Desde este momento la relación entre wén y wǔ ha estado caracterizada por la tensión o el conflicto, y los estados han tratado de solucionar esta tensión buscando un equilibrio entre ambos principios.
No está claro en qué momento de la historia de China comenzaron a relacionarse estos dos conceptos, sin duda ya existentes previamente, como pares dicotómicos y complementarios, pero su relación se adivina ya en las figuras de los reyes fundadores de la dinastía Zhōu 周, conocidos póstumamente como Wén 文 y Wǔ 武.
Los reyes Wen 文 y Wu 武
Jī Chāng 姬昌 había ocupado el cargo de Conde de Zhōu 周 durante la dinastía Shāng 商.
Ante la incapacidad de los últimos gobernantes Shāng, el Conde de Zhōu proclamó haber recibido el Mandato del Cielo (天命 tiānmìng) para derrocar a los Shāng y formar una nueva dinastía. Aunque fue su hijo Jī Fā 姬發 quien, cuatro años después de su muerte, finalmente completó la conquista del estado Shāng, Jī Chāng fue nombrado rey a título póstumo con el nombre de Rey Wén 文王 y considerado el fundador de la nueva dinastía Zhōu.
Jī Fā, el primer emperador Zhōu, a su vez recibió el nombre póstumo de Rey Wǔ 武王.
No obstante su conquista militar sobre la dinastía Shāng, los reyes Wén y Wǔ se preocuparon de legitimar sus aspiraciones al trono y su mandato mediante el mantenimiento de la virtud (德 dé). Fueron los primeros gobernantes en recurrir al concepto de tiānmìng o Mandato del Cielo. Según esta idea, el derecho a gobernar sobre el imperio chino estaba otorgado por el Cielo a un soberano o dinastía en base a la virtud de su gobierno. De esta manera, un gobernante, si no se guiaba por los principios de virtud y rectitud, podía perder el derecho otorgado por el Cielo, que trasladaría su mandato a un nuevo emperador. Este recurso justificaba así la usurpación del trono por parte de los Zhōu.
Sin embargo, los nuevos gobernantes, conscientes de que la virtud no era suficiente por sí misma para mantener unido el imperio conquistado, se apoyaron en un sistema de castigos para mantener el orden. De esta manera, se desarrolló la idea de que un equilibrio entre wén y wǔ era fundamental para gobernar el imperio. Wǔ se concebiría así como la herramienta del cambio cuando la virtud en el gobierno se ha perdido, pero esta herramienta habría de ser relegada a un segundo plano una vez ha servido a su propósito, permitiendo a wén manifestarse en todo su esplendor para proporcionar bienestar social a los súbditos del imperio.
A pesar de sus nombres póstumos, no hemos de ver en los reyes Wǔ y Wén la antítesis el uno del otro, encarnación pura de los principios wǔ y wén, sino que ambos representaban la síntesis de dichos valores.
Dos siglos más tarde, a finales de la dinastía Zhōu Occidental, la complementariedad de wén y wǔ era ya parte de la ideología política. Sin embargo, hasta esta época, no existía en el gobierno la separación entre asuntos civiles y militares, y ambos estaban a cargo de una sola persona.
En el Período de Primaveras y Otoños (春秋時代 Chūn-Qiū Shídài, 771-476 a.C.), los conceptos de wén y wǔ comenzaron a adquirir su significado abstracto como principios de gobierno, y se produjo su asociación con los principios filosóficos yīn-yáng 陰陽. Fue a partir de esta época cuando surge la división wén- wǔ en el aparato del estado, que con el tiempo daría lugar a una especialización de los cargos oficiales de acuerdo a estas categorías. Como lo militar se entendía en un sentido amplio de mantenimiento de la justicia, así se concibió wǔ como una forma de mantener y proteger la esfera civil, wén.
Carácter wǔ 武, lo marcial.
Wen y wu en el gobierno del Estado
Diferentes escuelas de pensamiento han tenido diferentes puntos de vista sobre la importancia relativa de wén y wǔ.
La mayoría de los pensadores confucianos supeditaron wǔ a wén. Aunque entendían lo militar como algo necesario, lo relegaban a un plano secundario. Algunos de ellos llegaron a rechazar wǔ por completo, negando su importancia. Aunque el propio Confucio alentó a sus estudiantes a practicar arquería y carreras de cuadrigas, actividades pertenecientes a wǔ, hemos de tener en cuenta que estas eran actividades deportivas propias de la aristocracia.
Para Confucio, en la práctica de la arquería pesaba más la ejecución ritual y la puntería que la capacidad de atravesar el objetivo, es decir, otorgaba mayor importancia a la forma que a la función. Para traspasar el objetivo era necesaria gran fuerza física a la hora de tensar el arco, fuerza de que disponía el arquero de guerra pero no el hombre culto perteneciente a la élite civil. Al divorciar la arquería de competición de la capacidad de traspasar el objetivo, Confucio hacía accesible la competición a la aristocracia civil, perteneciente a la esfera de wén, además de a la clase militar, y hacía que los caballeros confucianos no quedaran mal frente a los guerreros no cultivados.
Por otro lado, algunos pensadores de la escuela legalista llegaron al extremo opuesto, considerando wǔ como el factor principal en el mantenimiento del estado.
Sūn Zǐ 孫子, en su famoso tratado militar “Principios de la Guerra del Maestro Sūn” (孫子兵法 Sūn Zǐ Bīng Fǎ)*, afirma que “es necesario inspirar a los soldados por medio de wén, y someterlos por wǔ”:
故令之以文,齐之以武
gù líng zhī yǐ wén, qí zhī yǐ wǔ
Podemos entender esta frase como “tratar a los soldados con humanidad pero controlarlos mediante la disciplina militar”.
En el Wú Zǐ Bīng Fǎ 吳子兵法 (Principios de la Guerra del Maestro Wú), otro importante tratado militar, se lee que “el comandante de un ejército es aquel en quien los elementos civiles (wén) y marciales (wǔ) se combinan”.
Estos textos, que datan de los siglos V y VI a.C., así como otros textos de la época, muestran que para entonces los conceptos de wǔ y wén ya estaban ligados como una unidad orgánica.
Posteriormente, en la dinastía Hàn 漢, wǔ también sufrió un proceso de mitificación: el Cielo (天Tiān) habría otorgado las primeras armas a Huángdì 黃帝, el Emperador Amarillo, al que además transmitió los principios de la guerra.
Este proceso culminaría en la dinastía Táng 唐 con el culto a wǔ y la aparición de los llamados wǔmiào 武庙 o Templos Marciales. En estos templos se rendiría homenaje a varias figuras militares, que inicialmente fueron once, siendo la más importante de ellas el estratega militar Jiāng Zǐyá 姜子牙, que ayudó a los reyes Wén y Wǔ a derrocar a los Shāng y establecer la dinastía Zhōu. A lo largo de la historia, estas figuras fueron cambiando, hasta que en la dinastía Qīng 清 el lugar principal del panteón marcial fue ocupado por Guān Yǔ 關羽, el famoso general de los Tres Reinos (三國 Sān Guó), al que se le conocería como Guān Dì 關帝.
Estatua de Guān Dì 關帝.
En la era Qīng, los gobernantes manchúes intentaron ganarse la aprobación de los miembros de la élite hàn, mostrándose competentes en ambas esferas, wén y wǔ. Para bien o para mal, China, a lo largo de toda su historia, ha tratado siempre de mostrarse como una nación moral y culturalmente superior. Es por ello que el equilibrio de wén y wǔ en el ejercicio del poder se convirtió en clave para justificar el derecho a gobernar.
Wen y wu en el plano individual
A pesar de buscar este equilibrio entre wén y wǔ en el gobierno, el proceso de especialización no deparó el mismo prestigio a los eruditos y a los hombres de armas. A pesar de que estos últimos disponían indudablemente de mucho poder, a menudo eran desdeñados por los hombres de letras, y pertenecían a una categoría social inferior.
A su vez, las mujeres quedaron excluidas de toda esta categorización. Wén y wǔ eran siempre cosa de hombres. Aunque existieron mujeres guerreras, emperatrices, poetisas, etc., éstas fueron siempre la excepción a la norma. Cuando las mujeres practicaban algún tipo de ejercicio marcial, o mostraban afición por la literatura, esto quedaba en el ámbito privado y no era en ningún modo reconocido públicamente. Incluso en ciertas artes, como la caligrafía, se consideraba que una mujer carecía de la energía interna necesaria para captar la esencia del arte. Wén y wǔ se relacionaban con la masculinidad.
El ideal de masculinidad, aunque no fue estable a lo largo del tiempo, solía otorgar mayor importancia a las cualidades asociadas con wén. La educación, el conocimiento y la etiqueta pesaban más que la fortaleza o la violencia a la hora de definir la masculinidad. Por tanto, el del literato fue el modelo predominante de masculinidad a lo largo del tiempo.
Carácter wén 文, lo civil.
Existen también diferencias entre los hombres de wǔ y de wén en su relación con las mujeres. Mientras que los oficiales civiles debían cumplir sus obligaciones con respecto al sexo opuesto, el hombre marcial expresaba su masculinidad resistiendo a los encantos femeninos y a sus propios impulsos y deseos.
No obstante, por encima de los tipos “puros” de wén y wǔ estaban aquellos que combinaban ambos aspectos. Esto se hace patente en los héroes de las novelas clásicas chinas, cuyos personajes más sobresalientes son aquellos en los que ambos principios están en equilibrio.
Hoy en día, estos modelos clásicos están cambiando debido a la globalización y a la introducción de modelos occidentales a través del cine y del contacto intercultural.
Conclusión
La polaridad wén-wǔ puede entenderse, a nivel de organización del gobierno del estado, como la especialización en asuntos civiles y militares respectivamente; y a nivel del individuo, como el desarrollo de cualidades o habilidades literarias y marciales.
En ambos casos, wén ha gozado, a lo largo de la historia china, de cierta predilección en la sociedad sobre su opuesto complementario, wǔ. No obstante, y salvo contadas excepciones, siempre se ha buscado el equilibrio entre ambas esferas, entendiéndose la combinación de estos dos principios como superior al desarrollo de uno sólo de ellos.
Notas:
* El nombre de Sūn Zǐ 孫子 es más conocido por la romanización Wade-Giles: Sun Tzu. El título de su obra, Métodos o Principios de la Guerra es normalmente traducido como “El Arte de la Guerra”.
Fuentes:
- Gawlikowski, Krzysztof. “THE ORIGINS OF THE MARTIAL PRINCIPLE (WU) CONCEPT.” Cina, no. 21, 1988, pp. 105–122.
- Military Thpught in Early China, Christopher C. Rand. SUNY Press, 2017.
- Chinese Masculinity: Theorizing Wen and Wu. Kam Louie and Louise Edwards, publicado en East Asian History nº 8, diciembre 1994.