La Teoría del Yīn-Yáng 陰陽 surgió en el pensamiento chino a partir de la observación de la naturaleza. Esta teoría postula la existencia de dos principios complementarios que están presentes en todo lo existente. Estos principios se denominaron yīn, “oscuro”, y yáng, “luminoso”; no han de entenderse como dos naturalezas diferentes sino como dos aspectos de una misma cosa.
Origen y fundamentos:
Los conceptos de yīn y yáng son útiles a la hora de describir el funcionamiento de los fenómenos. Para formularlos, los chinos se basaron principalmente en la observación de la relación existente entre luz y sombra, normalmente explicada utilizando el ejemplo de los dos lados de una colina: el lado soleado,yáng, y el lado sombrío, yīn. Visualizando esta colina, podemos entender que yīn y yáng no son fuerzas opuestas sino dos aspectos de la misma realidad; no existen de manera independiente, sino en relación entre sí. La sombra existe porque existe la luz, y viceversa. Los antiguos entendieron el universo como una manifestación del cambio, y todo lo existente como resultado de la interacción entre estos dos polos opuestos.
A partir de este símil de la colina se asociaron atributos contrarios a cada una de estas polaridades: el yīn como oscuro, frío, femenino, blando, curvo, redondeado, Tierra, luna, suave, mojado; el yáng como luminoso, caliente, masculino, duro, recto, anguloso, Cielo, sol, rudo, seco…
En los antiguos rituales sexuales de la China rural, celebrados durante los equinoccios, los hombres se situaban en el lado soleado del valle y llamaban a las mujeres, que respondían desde el lado sombrío. Por eso se decía que “el yáng llama y el yīn responde”.
La Teoría del Yīn-Yáng establece también ciertas leyes en la relación de estos dos principios:
1. Todas las cosas existentes tienen un aspecto yīn y un aspecto yáng. En todo lo existente podemos encontrar aspectos contrapuestos que podemos clasificar como yīn o yáng.
2. Cada aspecto Yin o Yang puede ser dividido a su vez en yīn o yáng. El día, que es considerado yáng respecto a la noche, se puede dividir en mañana (yáng) y tarde (yīn).
3. Yīn y yáng tienen el mismo origen y se generan mutuamente. Ambos son inseparables el uno del otro y constituyen la base de su contrario. En un mundo sin luz (yáng), no existiría nada que pudiéramos denominar oscuridad (yīn), ya que ésta última se define en función de la primera: la oscuridad es la falta de luz.
4. Yīn y yáng se inhiben mutuamente, están en constante cambio y sus incrementos y descensos son correlativos. Cuando uno crece, el otro disminuye, y viceversa. Durante el día, mientras el sol asciende, la luz aumenta (yáng) y consecuentemente la oscuridad (yīn) disminuye, y al contrario. Es imposible que ambos polos crezcan o disminuyan a la vez. Por otro lado, este cambio es constante y no se detiene en ningún momento.
5. Yīn y yáng se transforman mutuamente. Cuando el sol está en lo más alto, el yáng está en su máximo y el yīn en su mínimo; a partir de ese momento el yáng comienza a disminuir y el yīn a crecer, hasta que se alcance el punto contrario, donde se revertirá de nuevo el proceso.
De estas leyes se desprende la existencia de un equilibrio entre yīn y yáng. Cuando uno aumenta, el otro disminuye, y viceversa, sin que exista un predominio absoluto de uno sobre el otro. Esta es en efecto la esencia de la vida: el cambio.
Yīn y yáng no existen de manera independiente, sino en relación entre sí.
Hemos de mantener en mente que el yīn y el yáng no son características intrínsecas de las cosas, sino sólo conceptos o etiquetas de las que los chinos se valieron para explicar el mundo que les rodeaba. Mediante ellos se explicaron los cambios naturales: la alternancia del día y la noche, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. Por ello, los chinos no dicen que “esto es yīn” o “esto es yáng”, sino que “pertenece” al yīn o al yáng.
Esta teoría se aplicó posteriormente a la Medicina Tradicional China (MTC), para clasificar las partes del cuerpo y las funciones fisiológicas, y para explicar el funcionamiento del cuerpo humano en términos de salud y enfermedad. La salud y la enfermedad tampoco han de ser entendidos como realidades absolutas sino relativas, y se rigen por los mismos principios: están en constante cambio; cuando una crece, la otra disminuye, etc.
Teoría del Yīn-Yáng en las Artes Marciales:
Las Artes Marciales son una disciplina que utiliza el cuerpo como instrumento principal. En el ámbito de lo corporal, la Teoría del Yīn-Yáng se aplica a la clasificación de las diferentes partes del cuerpo:
Yīn
Parte frontal del cuerpo
Parte inferior del cuerpo
Parte interna del cuerpo
Yáng
Parte posterior del cuerpo
Parte superior del cuerpo
Parte externa del cuerpo
Como curiosidad, podemos citar un golpe que en el Choy Li Fut 蔡李佛 conocemos como Jam-Chap 陰插. Jam (léase 'yam') es la pronunciación en cantonés de la palabra yīn, de manera que Jam-Chap es un golpe que se dirige a la parte yīn del cuerpo, es decir al bajo vientre o a la ingle.
Asimismo, dentro de la dinámica del movimiento, podemos clasificar toda acción corporal siguiendo esta misma teoría:
Yīn
Quietud
Relajación
Flexión
Contracción
Espiración
Pierna sin peso (vacía)
Movimiento descendente
Retroceder
Defensa
Cierre
Rotación interna
Aducción
Yáng
Movimiento
Tensión
Extensión
Expansión
Inspiración
Pierna con peso (llena)
Movimiento ascendente
Avanzar
Ataque
Apertura
Rotación externa
Abducción
Tener en mente esta clasificación puede ayudarnos a entender la dinámica de la práctica marcial. La característica más notoria del Kung Fu es el aprovechamiento de toda ventaja que se pueda sacar sobre el oponente para conseguir la mayor eficacia con el menor gasto energético. Para ello, yīn y yáng han de trabajar en equilibrio.
El ejemplo más clásico sería la forma de hacer frente a un ataque. Si ante los golpes (yáng) que se acercan defendemos siempre con bloqueos duros (también yáng), el resultado será, si no una lesión, sí al menos el agotamiento prematuro. Si enfrentamos los golpes con bloqueos yīn, más suaves, que desvíen el golpe en vez de chocar directamente con él, estaremos haciendo un mejor aprovechamiento de nuestras energías. Las Artes Marciales Chinas se basan en utilizar la fuerza del contrario contra él mismo, en vez de oponerse a ella. El yīn absoluto en este caso sería el salir de la línea de ataque del oponente de manera que su golpe encuentre sólo el vacío y, si es posible, golpear o arrastrarle en la misma dirección de su movimiento.
Por ejemplo, en la forma de Choy Li Fut ‘Serpiente Contra Grulla’ (Se Jing Deoi Chak Hok Jing Kyun 蛇形對拆鶴形拳), una forma de combate de dos personas, tenemos un movimiento en que la grulla empuja y la serpiente cede por completo en vez de oponer resistencia al empuje, de manera que la grulla se precipita hacia delante, sólo para recibir el contraataque de la serpiente. Este es un movimiento excelente para mostrar la dinámica de “yīn para oponerse a yáng”.
El Tài Jí Quán 太極拳 es un arte marcial muy efectivo, fundamentado en este principio de no oponer resistencia y en emplear la suavidad contra la dureza.
El Tài Jí Tú 太極圖 es un símbolo que representa la interdependencia de yīn-yáng, el principio generador de todas las cosas, llamado tài jí.
Por poner otro ejemplo de aplicación de la teoría del yīn-yáng a las artes marciales, recuerdo que nuestro maestro solía bromear con respecto a una posición de guardia en la que hay demasiada tensión. Decía que si al adversario “se le antojaba darse una vuelta” antes de golpearnos, para cuando lo hiciera nosotros estaríamos ya agotados por la tensión existente. Este es un ejemplo claro de exceso de yáng. Ocurriría lo mismo ante un exceso de yīn: si estamos relajados en exceso no seremos capaces de defendernos. La relajación y la tensión han de seguir el curso natural de yīn y yáng: tensar en el momento de golpear, justo en el instante en que se va a impactar, y relajar inmediatamente después del golpe, siempre alternando, buscando un equilibrio armónico.
De la misma manera, podríamos buscar muchos otros ejemplos, pero es importante insistir de nuevo en que yīn y yáng no son cualidades absolutas sino relativas, y que sólo son conceptos que podemos utilizar para clasificar aspectos de la realidad, como en este caso hemos clasificado acciones y movimientos del cuerpo, y no características intrínsecas. La esencia de todo esto es la búsqueda del equilibrio y la naturalidad, de forma que podamos sacar el máximo rendimiento de nuestra energía para ser eficaces en la técnica cuando practiquemos artes marciales.
Un comentario en «La Teoría del Yin-Yang y su aplicación a las Artes Marciales»
Exelente trabajo de orientación.. saque lo mejor.. tengo una pequeña luz..