Muchas leyendas atribuyen el origen del Kung Fu al monasterio de Shàolín 少林寺. Sin embargo, mucho antes de la construcción de este templo ya existía en China una larga tradición marcial que ha quedado, de alguna manera, oscurecida por la fama de los monjes.
¿Cuándo se originaron las artes marciales? Seguramente responder a esta pregunta escapa a nuestras posibilidades pero, si queremos llegar a algún grado de conocimiento al respecto, primero debemos preguntarnos qué es un arte marcial.
Comencemos en primer lugar por lo más obvio: lo marcial hace referencia a lo militar, lo relativo al combate y a la guerra. Desde el momento en que nuestros primeros antepasados primates se irguieron sobre dos piernas, tuvieron libres las manos para poder utilizar herramientas y armas para cazar o para defenderse.
Las primeras armas que utilizaron los humanos fueron sin duda las que les brindaba la naturaleza, como piedras y palos. Posteriormente, nuestros ancestros crearon otras ya de manera intencional. Posiblemente la primera de estas armas creadas por la mano del hombre fuese la lanza que, en su estadio más primitivo, podía obtenerse simplemente afilando la punta de un palo. Posteriormente se utilizaron piedras talladas sujetas a una cuerda, para poder lanzarlas y recuperarlas con rapidez, o bien para hacerlas girar y proyectarlas con mayor potencia, conocidas en China como fēi shí suǒ 飛石索.
Posiblemente, la primera de las armas creadas por el hombre fuese la lanza, que podía obtenerse afilando la punta de un palo.
Por tanto, podemos decir que lo marcial existe desde que el hombre es hombre. Pero, ¿son suficientes estas actividades, ya sean de caza o de defensa, para conformar un arte marcial?
En la provincia de Shǎnxī 陝西 se han encontrado restos de arcos y flechas con una antigüedad de treinta mil años, y parece que la cultura de Yǎngsháo 仰韶文化 (5000-2000 a.C.), a lo largo del Río Amarillo, producía ballestas. Desde luego, el tiro con arco requiere de un entrenamiento específico y una cultura marcial más allá de las capacidades toscas necesarias para empuñar un palo o un hacha y defenderse de los animales salvajes.
Llegamos aquí a la segunda cuestión, la más peliaguda: ¿qué define un arte? ¿Hasta qué punto las habilidades guerreras de unos pueblos primitivos constituyen un arte marcial?
El arte, además de tener una finalidad expresiva, se caracteriza por regirse por unas reglas, que pueden ser estéticas o funcionales y que definen lo que es correcto o incorrecto (si bien el arte a menudo evoluciona rompiendo las reglas para establecer otras nuevas), así como por la existencia de una técnica. Por tanto, a nuestro modo de entender, las artes marciales no existieron como tales hasta que no se introdujo una técnica y un entrenamiento específico, intencional, para desarrollar y perfeccionar esa técnica mediante un conjunto de reglas.
En este sentido, una de las formas más tempranas de combate que podríamos considerar un arte marcial es el jiǎo dǐ 角抵, que se consistía en una lucha lúdica en la que los combatientes se golpeaban con unos cascos con cuernos de buey. Este estilo de combate se practicaba ya alrededor del año 2700 a.C. y se considera el antecesor del actual shuāi jiāo 摔跤. Según las leyendas, el jiǎo dǐ fue utilizado en una ocasión en 2697 a.C. por las tropas del Emperador Amarillo, Huáng Dì 黃帝, para enfrentarse a un ejército rebelde.
El jiǎo dǐ 角抵, una lucha lúdica en la que los combatientes se golpeaban con unos cascos con cuernos de buey, se considera el antecesor del actual shuāi jiāo 摔跤.
Durante la Edad de Bronce, correspondiente a la dinastía Xià 夏 (2070-1600 a.C.), se inventaron y fabricaron nuevas armas, como la daga-hacha (gē 戈) o el sable ancho (dà dāo 大刀), entre muchas otras, y se establecieron las primeras escuelas de tiro con arco.
Antiguas hojas de daga-hacha (gē 戈). Museo del Mausoleo del Rey de Nányuè 南越, Guangzhou 广州.
Estructura de la daga-hacha
Posteriormente, en la dinastía Shāng 商 (1766-1122 a.C.) se desarrolla notablemente la estrategia militar, y el tiro con arco se establece como el arte marcial por excelencia de la época, requiriendo gran destreza y entrenamiento para disparar a objetivos en movimiento desde una posición también móvil.
En la dinastía Zhōu 周 (1122-249 a.C.) se comienza a utilizar la espada jiàn 劍, de doble filo, que se convertirá en una de las armas más emblemáticas de China (aunque estas espadas ya se fabricaban con anterioridad), y aparecen las danzas militares (Wǔ Wǔ 武舞) y el entrenamiento de formas, secuencias de técnicas o rutinas practicadas con la finalidad de desarrollar las habilidades marciales.
En el s. VI a.C. aparece el famoso Sūn Zǐ Bīng Fǎ 孫子兵法, El Arte de la Guerra de Sūn Zǐ, un tratado de estrategia militar cuya influencia en las artes militares se ha mantenido hasta el día de hoy, en que sigue siendo estudiado incluso en el ámbito empresarial.
Se sabe que, durante la Dinastía Zhōu Occidental 西周, existían ya formas o rutinas de combate sin armas, aunque éstas eran practicadas únicamente como preparación al combate con armas y no porque se consideraran útiles en sí mismas. Es por esa misma época cuando comienza a desarrollarse el concepto de asociación entre lo marcial y lo intelectual, conocido como Wǔ Wén 武文, que considera que el hombre ideal debe cultivar las dos partes, ya que ambas se complementan. No obstante, las artes marciales no son patrimonio exclusivo de las élites, practicándose también entre el resto de la población, y aparece un tipo de combate conocido como bó zhí 搏執, “golpear y agarrar”.
El shǒu bó 手搏 incluía ya los cuatro elementos básicos de las artes marciales chinas: dǎ 打o golpear con las manos, tī 踢o patear, ná 拿o controlar las articulaciones y shuāi 摔 o derribar.
En la dinastía Hàn 漢 (206 a.C. – 220 d.C.), el uso de la espada jiàn como arma de guerra comienza a declinar, sustituyéndose, por un lado, por sables curvos a una mano con otra distribución del peso, más hacia la punta, que permitía una mayor potencia de corte, y por otro lado, por sables rectos a dos manos, de mayor alcance. No obstante, la espada jiàn permanecerá como el signo de autoridad de los oficiales y como arma ceremonial. Simultáneamente, el jiǎo dǐ entra a formar parte del entrenamiento militar regular, y aparecen diversos tratados de shǒu bó 手搏, un tipo de combate a mano vacía que incluía ya los cuatro elementos básicos presentes en las artes marciales chinas actuales: dǎ 打o golpear con las manos, tī 踢o patear, ná 拿o controlar las articulaciones y shuāi 摔 o derribar.
Antiguas espadas jiàn 劍. Museo del Mausoleo del Rey de Nányuè 南越, Guangzhou 广州.
Durante la dinastía Wei del Norte 北魏 (386-535), las artes marciales se popularizan entre las clases altas de la sociedad china como forma de ejercicio para mantener la salud, y el combate sin armas se convierte en un entrenamiento lúdico. En el ejército, se practican la lanza a caballo y el tiro con arco, tanto a caballo como a pie. La lanza militar tiene una longitud de 3 metros. En la dinastía Táng 唐朝 aparecen lanzas más cortas, más útiles en duelos a pie contra armas cortas como sables curvos, y nace la Danza del León.
Toda esta larga tradición contrasta con la creencia común de que las artes marciales chinas se originaron en el Monasterio de Shàolín, cuya construcción no se llevó a cabo hasta el año 495. Vemos pues que los chinos ya poseían una amplia cultura marcial mucho antes de esa época, que se extendía a diferentes estratos sociales y que abarcaba combates y rutinas con y sin armas, y que además se practicaba tanto con fines militares como lúdicos e, incluso, para mejorar y mantener el estado de salud. Por todo ello, podemos concluir que lo marcial ya se había constituido como un arte mucho desde muchos siglos antes.
Hemos de tener en mente, pues, que los mitos están muy arraigados en el ámbito de las artes marciales chinas. En otro artículo examinaremos el mito del papel de Bodhidharma como fundador del Kung Fu de Shàolín, así como del desarrollo de las artes marciales en este famoso templo.