Qī Jìguāng 戚繼光 fue un general de la dinastía Míng 明, famoso por liderar las expediciones contra los ataques de los piratas japoneses wōkòu 倭寇 y posteriormente contra los mongoles en el norte. Qī Jìguāng fue un genio militar que, entre otros logros, inventó la formación “pato mandarín” (鴛鴦陣 yuānyāng zhèn), que vamos a examinar en este artículo.
Los wōkòu eran piratas que, durante la dinastía Míng, atacaban las poblaciones costeras de China. Aunque normalmente se traduce el término wōkòu como “piratas japoneses”, lo cierto es que sus filas estaban formadas tanto por japoneses como por chinos y coreanos.
En el siglo XVI, la situación en la costa estaba descontrolada debido a los ataques de los wōkòu.
En 1555, Qī Jìguāng, que estaba al mando de la defensa costera en la provincia de Shāndōng 山東, donde no podía hacer mucho por combatir a los piratas debido a la escasez de tropas, fue enviado a Zhèjiāng 浙江, donde la situación era especialmente delicada. Él y otros dos generales Míng obtuvieron una primera victoria en Céngǎng 岑港.
No obstante, muchos wōkòu eran antiguos samurai y estaban muy bien entrenados en el arte de la espada, mientras que las tropas chinas que defendían la costa estaban constituidas por milicias civiles sin apenas entrenamiento ni experiencia. Asimismo, las katanas o sables de dos manos que llevaban los japoneses suponían un problema para las tropas chinas, cuyos sables eran más cortos.
Para hacer frente a esta amenaza, el general Qī Jìguāng diseñó una unidad especial, a la que llamó “pato mandarín” (鴛鴦陣 yuānyāng zhèn), compuesta por doce hombres, de los cuales diez iban armados, uno portaba la bandera y otro cumplía sólo funciones de soporte, como cocinero o porteador.
La formación pato mandarín
Al contrario que otras especies de patos, los patos mandarines se unen a una sola pareja de por vida y, por ello, en el arte y la imaginería popular china se los representa siempre en pares.
La formación “pato mandarín” recibió este nombre por estar formada por pares de hombres armados, y podía dividirse en cualquier momento en dos unidades casi idénticas de cinco hombres cada una.
La formación de diez hombres armados estaba compuesta de la siguiente manera: dos hombres con sables y escudos, dos portando lángxiǎn 狼筅 (literalmente, “cepillo de lobo”; ver más abajo), cuatro lanceros, y dos hombres armados con tridentes. La formación funcionaba de manera coordinada de modo que cada par de hombres servía de soporte a los demás. Veámoslo con más detalle.
En el centro y al frente estaban los dos soldados que portaban sables (dāo 刀) de una mano con escudos. El de la izquierda, portaba un escudo de ratán (téng pái 藤牌), y además llevaba una jabalina (biāo qiāng 鏢鎗); y el de la derecha, un escudo largo de madera llamado ái pái 挨牌.
El ái pái 挨牌 (también escrito 捱牌)
El ái pái es un escudo algo peculiar, ya que no dispone de una empuñadura para agarrarlo, sino de una serie de cordeles que funcionan de la siguiente manera. Por un lado, una cuerda permite colgar el escudo del cuello del portador, a la vez que otra cuerda permite que la mano izquierda dirija o modifique la posición del escudo. De esta forma, el escudo puede ser utilizado con armas de una mano, cuando es dirigido con la mano izquierda, o con armas de dos manos, dejando libre aquélla y dejando el escudo sólo colgando del cuello.
Por otra parte, lleva un soporte de madera que puede ser desplegado a modo de caballete, dejando el escudo vertical en el suelo, lo que permite al portador agacharse tras él para cubrirse de una lluvia de flechas.
Dibujo de dos modelos diferentes de ái pái 挨牌.
Al entrar en combate, éstos hombres protegían a los de detrás con los escudos. El que llevaba escudo de ratán, podía arrojar su jabalina justo antes de arremeter contra el enemigo. Los sables enemigos podían a veces quedarse enganchados en el escudo de ratán, proporcionando una oportunidad a su portador para acabar con su adversario con el sable. El que llevaba el escudo de madera mantenía su posición defensiva junto al resto del grupo. Como estos hombres llevaban sables cortos de una mano, necesitaban la asistencia del resto de la unidad, que llevaba armas largas.
A ambos lados de estos hombres iban aquellos que portaban sendos lángxiǎn. El lángxiǎn es, simplemente, un palo largo de bambú con ramas, al que se le añadía una cabeza de lanza en la punta, que se utilizaba para acometer contra las espadas japonesas con intención de trabarlas entre las ramas. Estos hombres acompañaban a los espadachines por detrás de ellos, llevando los lángxiǎn hacia delante por encima de las cabezas de éstos, de forma que, a pesar de encontrare detrás y por tanto protegidos por los escudos de los primeros, sus armas iban por delante de aquellos. Al arremeter así de forma coordinada contra el enemigo, los lángxiǎn entorpecían a sus enemigos trabando las espadas japonesas de forma que los sables chinos, más cortos que las katanas, pudieran acercarse y acabar con ellos.
Soldado portando un lángxiǎn.
A su vez, los cuatro lanceros de detrás, dos a cada lado, que llevaban lanzas largas, atacaban al mismo tiempo desde su posición resguardada, cuando los espadachines japoneses veían enganchados sus sables en el lángxiǎn.
Finalmente, dos hombres con tridentes, más cortos que las lanzas, servían de protección a los lanceros en caso de que algún enemigo consiguiera acercarse lo suficiente como para atacar a éstos.
La formación podía dividirse en dos unidades casi idénticas.
La razón por la que la formación pato mandarín fue una genialidad es porque mediante la inteligencia conseguía dar la vuelta a la superioridad técnica de sus enemigos. Ya hemos dicho que los piratas japoneses estaban muy bien entrenados y eran muy hábiles en el manejo del sable de dos manos, de mayor alcance que los sables chinos. Las tropas chinas, con un entrenamiento muy deficiente, no eran rivales para ellos en combate singular. Sin embargo, la formación pato mandarín, mediante el uso de la estrategia, consiguió invalidar la superioridad técnica de sus enemigos y dar la victoria a estas unidades con muy poco entrenamiento y sin necesidad de grandes habilidades marciales. En ella, las armas cortas y largas se complementaban mutuamente supliendo unas las deficiencias de las otras.
La formación "pato mandarín" en espera.
La formación "pato mandarín" en posición de combate.
A pesar de estar diseñada para enfrentamientos a pequeña escala, esta formación también podía utilizarse en batallas grandes. Qī Jìguāng recogió sus métodos en su Nuevo Tratado de Eficiencia Militar (紀效新書 jìxiào xīnshū).
Cuando en la década de 1590, Corea sufrió la invasión japonesa liderada por Toyotomi Hideyoshi 豊臣秀吉, sus tropas no estaban preparadas para hacer la guerra a gran escala, y requirieron la asistencia de la dinastía Míng, que utilizaba la formación “pato mandarín” del general Qī. Más adelante, cuando se compiló en Corea el manual de artes marciales llamado Muye Dobo Tongji 武藝圖譜通志, se incluyeron en él las técnicas de escudo y lángxiǎn del general Qī Jìguāng.
Qī Jìguāng entrenó a mineros y granjeros para hacer frente a las incursiones de los wōkòu, y obtuvo grandes victorias que contribuyeron de manera muy importante a la erradicación de esta amenaza.
La nueva formación pato mandarín
Años más tarde de haber acabado con la amenaza de los wōkòu, el general Qī Jìguāng fue enviado a la frontera norte para hacer frente a los ataques de las tribus mongoles. Qī modificó su formación original para adaptarse a las condiciones de la guerra en el norte, donde los enemigos eran nómadas a caballo con gran movilidad. Esta “nueva formación pato mandarín” incluía armas de fuego y un arquero, que era el líder de la unidad.