Los Diez Puntos Esenciales del Taijiquan

Introducción:

Los “diez puntos esenciales” (十要 shí yào) del Tàijíquán 太極拳 son una serie de principios clave para la práctica de este arte marcial. Fueron dictados oralmente por el maestro Yáng Chéngfǔ 楊澄甫 y registrados por su discípulo Chén Wēimíng 陳微明.

Cada uno de estos puntos constituye un principio esencial de la práctica, y en el texto registrado por Chén Wēimíng se componen de una breve fórmula de unos pocos caracteres seguida de una explicación o comentario. Los diez puntos están claramente expuestos para ser recordados con facilidad, y no sabemos si su formulación se debe a Yáng Chéngfǔ o si fueron transmitidos oralmente hasta él por su familia.

Yang Chengfu - Los Diez Puntos Esenciales del Taijiquan

El maestro Yáng Chéngfǔ 楊澄甫.

Vamos a exponer a continuación cada uno de estos puntos. No queremos reproducir aquí el texto completo de Chén Wēimíng, del que existen numerosas traducciones, sino que expondremos nuestra interpretación sobre cada punto.

 

Los Diez Puntos Esenciales Del Tàijíquán
太極拳十要 Tàijíquán shí yào
  1. Suspender la coronilla y elevar el espíritu
    虛靈頂勁 xū líng dǐng jìn

“Suspender la coronilla y elevar el espíritu” es más una interpretación que una traducción directa de la fórmula en chino, ya que xū líng dǐng jìn 虛靈頂勁 no tiene un sentido claro y aparente. Una traducción más literal podría ser “energía numinosa insustancial en la coronilla”.

Esta frase es en realidad una cita del Tàijíquán Lùn 太極拳論, un texto fundamental atribuido generalmente a Wáng Zōngyuè 王宗岳, que dice:

虚領頂劤。氣沈丹田。
xū lǐng dǐng jìn. qì shěn dāntián.
Energía numinosa insustancial [asciende a] la coronilla. El se hunde en el dāntián.

Sin embargo, aquí líng 靈 aparece sustituido por lǐng 領 (cuello), que es homófono. Algunos autores creen que el lǐng 領 del Tàijíquán Lùn es en realidad un error de escritura, ya que los términos xū líng 虛靈 aparecen a menudo aparejados en textos neo-confucianos.

En cualquier caso, este primer punto hace referencia a mantener la cabeza erguida, alineada con la columna, de una manera natural y sin esfuerzo, como suspendida de un hilo por la coronilla, evitando la rigidez muscular, ya que de lo contrario el y la sangre no podrán circular a través del cuello. De esta manera, nos dice Yáng Chéngfǔ, el shén(espíritu) se eleva hasta la coronilla.

Aunque Yáng Chéngfǔ no habla aquí de hundir el al dāntián, esto es una consecuencia de contener el pecho (ver punto 2).

 

  1. Contener el pecho, redondear la espalda
    含胸拔背 hán xiōng bá bèi

“Contener el pecho” hace referencia a mantener éste relajado, ligeramente hundido. La espalda, por otra parte, sale hacia fuera. Redondear o sacar la espalda es una consecuencia de relajar el pecho, y no debe hacerse mediante tensión muscular.

Esta posición favorece la respiración abdominal, y hace que la energía se hunda hasta el dāntián y fluya hacia arriba por la columna. El practicante de Tàijíquán busca adquirir las cualidades de “pesado abajo, ligero arriba y flexible en el centro”. Cuando la respiración es abdominal y el se hunde, se baja el centro de gravedad del cuerpo, consiguiendo un buen enraizamiento y consecuentemente la cualidad de ser pesado abajo.

Yáng Chéngfǔ nos dice también que sacar la espalda favorece que el se adhiera a la columna, de forma que la habilidad de “emitir” (發勁 fājìn) pueda ser ejecutada perfectamente. Asimismo, redondear la espalda provoca una correcta alineación de la columna a la hora de redirigir la energía entrante del oponente hacia el suelo.

Cuando el pecho se expande, el abdomen se bloquea y la respiración sube a la caja torácica, elevando el centro de gravedad y siendo pesado arriba y ligero abajo, es decir, perdiendo enraizamiento.

Yun Shou - Los Diez Puntos Esenciales del Taijiquan

Yáng Chéngfǔ 楊澄甫, demostrando el movimiento "manos como nubes" (雲手 yún shǒu).

 

  1. Relajar la cintura
    鬆腰 sōng yāo

Yāo 腰 hace referencia no sólo a la zona anterior y lateral de la cintura, sino también, y especialmente, a la zona posterior, es decir, a la zona lumbar y a los riñones. La cintura dirige el cuerpo y controla el cambio de peso de las piernas de lleno a vacío (ver punto 4). Relajando la cintura, se consigue ser “flexible en el centro”.

Biomecánicamente, el giro de la cintura y la cadera genera aceleración y consecuentemente se incrementa la energía generada en el movimiento. Además, la cintura conecta lo inferior y lo superior (ver punto 7).

 

  1. Distinguir lo vacío y lo lleno
    分虛實 fēn xū shí

Lo vacío y lo lleno hacen referencia a la distribución del peso del cuerpo sobre las piernas. En el Tàijíquán, se dice que la pierna con peso está “llena”, y la pierna sin peso, “vacía”. Se ha de distinguir lo vacío de lo lleno para que los movimientos sean ágiles y ligeros, y mantener una posición estable.

Esto hace referencia también a la dicotomía yīn- yáng 陽, donde yīn es vacío o sin peso, y yáng es lleno o con peso. De manera que “lleno” y “vacío” están en interrelación como yīn-yáng: cuando uno crece, el otro mengua, y viceversa. Cuando el peso está centrado, yīn y yáng están en equilibrio.

Yáng Chéngfǔ nos dice que esta habilidad es la esencia de la práctica del Tàijíquán. En el Tàijí, nunca movemos un pie sin antes haber trasladado el peso al otro. El distinguir entre lleno y vacío hace que los movimientos sean ágiles y fluidos y la posición estable. De otra manera, uno se moverá a trompicones. A pesar de ser primordial, no sabemos por qué Chéngfǔ  coloca esta habilidad en el cuarto lugar en su lista de diez puntos.

Pero “distinguir entre lleno y vacío” no solo se refiere al propio cuerpo, sino también al cuerpo del oponente. Es necesario entender esto para adaptarnos a sus acciones.

Finalmente, “vacío” y “lleno” pueden extrapolarse a todos los pares yīn-yáng, es decir, blando-duro, retirarse-avanzar, interno-externo, inferior-superior, etc.

Dan Bian - Los Diez Puntos Esenciales del Taijiquan

Chéngfǔ, demostrando "látigo simple" (單鞭 dān biān).

 

  1. Hundir los hombros y bajar los codos
    沈肩墜肘 shěn jiān zhuì zhǒu

Este punto es sencillo de entender; significa mantener los hombros relajados y los codos bajos, dejando que cuelguen. Si se suben los codos, los hombros están rígidos y la energía no fluye; el pecho se abre y el sube y se estanca.

No obstante, bajar los codos no significa cerrarlos, pegándolos al tronco. Se ha de mantener una posición relajada y abierta. Los brazos no se extienden totalmente. Esto es un requisito para ejecutar fājìn de manera adecuada, ya que se “emite” con el movimiento coordinado de todo el cuerpo, y no con la extensión de los brazos.

 

  1. Usar la intención y no la fuerza física
    用意不用力 yòng yì bù yòng lì

Este es uno de los puntos más difíciles de entender. 意 se traduce a menudo como “intención”, pero también hace referencia a la atención y sentido de alerta. 力 se entiende en el Tàijíquán como la potencia muscular, como la mera fuerza física.

En el comentario, Yáng Chéngfǔ  insiste en que no ha de generarse tensión en el cuerpo. El uso de fuerza física genera tensión y rigidez muscular, que a su vez bloquea el flujo de energía y sangre a través del organismo.

El concepto de no usar la fuerza muscular es más claro, pero, ¿qué significa “usar la intención”? Chéngfǔ  insiste en mantener el cuerpo relajado y suelto (鬆開 sōng kāi). En vez de usar la fuerza física se ha de usar la intención. Y allí donde va la intención, la energía acude (意之所至,氣即至焉 yì zhī suǒ zhì, qì jí zhì yān). Desde nuestro entendimiento, poner el énfasis en la “intención” busca evitar un exceso de relajación, es decir, evitar la laxitud.

Si imaginamos el nivel de activación muscular del organismo como un continuo, podemos dividirlo en cuatro estadios, de menor a mayor activación. En primer lugar encontramos laxitud (懈 xiè); en segundo lugar, relajación (鬆 sōng); en siguiente lugar, tensión o firmeza (緊 jǐn) y, finalmente, rigidez (僵 jiāng).

Entendemos la laxitud como un estado en el que el cuerpo está fláccido, dormido, carente de estructura. Es una relajación excesiva, donde no hay conexión entre las diferentes partes del cuerpo.

En el nivel opuesto del continuo está la rigidez, entendida como una activación muscular excesiva. El cuerpo está tenso en exceso, es lento, la energía no fluye y no somos capaces de reaccionar adecuadamente.

Tanto la laxitud como la rigidez son extremos a evitar. Entre ellos, en un punto intermedio, se encuentran la relajación y la tensión. La relajación es un estado en el que el cuerpo se encuentra en equilibrio, está suelto y es flexible, pero mantiene una estructura; es sólido y estable. La energía fluye libremente a través de él. Este es el estado que queremos conseguir en la práctica. La tensión o firmeza, por su parte, es el siguiente nivel de activación muscular, al que acudiremos en ciertos momentos y sólo durante el tiempo necesario, como por ejemplo al golpear o “emitir” (fājìn), y siempre de una manera controlada.

Estos niveles de activación del cuerpo son en realidad un reflejo de la mente. Si la mente está laxa y carente de intención, el cuerpo no tiene estructura; si la mente está tensa, el cuerpo se tensa. Y si la mente está relajada, el cuerpo se relaja.

Cuando Yáng Chéngfǔ habla de “usar la intención y no la fuerza”, está impeliéndonos a evitar la rigidez y la laxitud tanto a nivel físico como mental. En la laxitud no existe intención, no existe estructura. La “intención”, por tanto, alude a mantener el foco mental presente hacia el oponente, mientras el cuerpo está relajado y fluye libremente de manera ágil y vivaz.

 

  1. Lo superior y lo inferior se siguen mutuamente
    上下相隨 shàng xià xiāng suí

Chéngfǔ, citando los textos clásicos del Tàijíquán, dice en su comentario: “Comenzando en los pies, atravesando las piernas, dirigido por la cintura y expresado en los dedos. El proceso es continuo entre una parte y otra.”

En el Tàijíquán, lo que sucede en las manos es sólo una expresión de lo que sucede en la parte inferior del cuerpo. El movimiento parte del enraizamiento de los pies en el suelo, y es gobernado por la cintura y expresado en los miembros superiores.

Todo el cuerpo ha de moverse conjuntamente. Cuando una parte se mueve, todas se mueven, cuando una no se mueve, todas las demás también están en reposo. Cuando practicamos la forma, el movimiento de las manos está en sintonía con el movimiento de los pies y con los cambios de peso; todas las partes se mueven y llegan a la vez.

Chen Weiming - Los Diez Puntos Esenciales del Taijiquan

Chén Wēimíng 陳微明, demostrando el manejo del jiàn 劍 o espada recta china.

 

  1. Lo interno y lo externo están en armonía
    內外相合 nèi wài xiāng hé

Lo externo hace referencia al cuerpo; lo interno hace referencia a la mente. Igual que el cuerpo, la intención también se contrae y se expande; dentro y fuera han de funcionar de manera conjunta.

Lo interno también engloba la respiración. En el Tàijíquán, la respiración “sigue” al movimiento, es decir, se adapta a él. Esto es lo opuesto a los ejercicios de salud o de Qìgōng 氣功 en los que el movimiento “sigue” a la respiración. No obstante, en el Tàijí la respiración no se controla de manera consciente, sino que fluye de manera natural, adaptándose al movimiento por sí misma.

 

  1. Encadenamiento sin interrupción
    相連不斷 xiāng lián bù duàn

Según Chéngfǔ, las artes marciales externas (外家拳 wàijiāquán) hacen uso de la fuerza muscular (力 ). De esta manera, la energía se libera y se disipa alternativamente, existiendo momentos de pausa entre el final de un movimiento y el inicio del siguiente. Estas pausas supondrían una vulnerabilidad, de la que un practicante de Tàijíquán podría aprovecharse sin esfuerzo.

En el Tàijí, sin embargo, no existe interrupción entre movimientos, ya que éstos no nacen de la fuerza muscular, y se mantiene la intención en todo momento. Este es el significado de “encadenamiento sin interrupción”. La ruptura no se refiere sólo al movimiento, sino también a la atención, al sentido de alerta.

 

  1. Encontrar la quietud en el movimiento
    動中求靜 dòng zhōng qiú jìng

Cuando se practica solo, el Tàijíquán usa movimientos lo más lentos y pausados posible, manteniendo una respiración sosegada y profunda, de manera que el corazón no se acelere.

Aquí, la “quietud”  también hace referencia a la mente y al equilibrio emocional. Yáng Chéngfǔ, en su comentario, alude de nuevo a las artes marciales externas, diciendo que sus practicantes pierden el aliento y carecen de estabilidad emocional.

 

Conclusiones:

Los diez puntos esenciales contienen instrucciones precisas para la práctica, aunque algunas de ellas no son evidentes a primera vista. Los cinco primeros puntos tratan de habilidades o aspectos físicos, mientras que los cinco siguientes hacen referencia a otras habilidades más sutiles.

Todo practicante de Tàijíquán debe familiarizarse con estos diez principios, ya que constituyen la esencia de este arte marcial. Es conveniente memorizarlos, aunque su entendimiento ha de irse refinando progresivamente mediante la práctica, y comprender y desarrollar los aspectos más sutiles suele llevar años.

El Tàijíquán, como cualquier otro estilo de artes marciales chinas, requiere una dedicación constante y un estudio aplicado durante toda la vida.

 

 

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